OTOÑO.

 Me desperté y hacía frío, un frío agradable, un frío que se podía soportar. Tenía esas típicas ganas de quedarme en la cama, como de costumbre, quería seguir allí, tirada bajo las mantas, quería no ver el sol, aunque en octubre no hay mucho de eso, oía llover como ya era habitual en esa época del año, las gotas chocaban contra mi tejado aguardillado, una tras otra, parecía que llevaban una sinfonía ellas solas, algo así como los pajaritos de la primavera de las cuatro estaciones de Vivaldi. Decidí ponerme en pié, entonces me incorporé, y toqué con los pies el frío suelo, me levanté y me até la bata a la cintura, bajé a la cocina, me apetecía un chocolate caliente de esos que te hacen olvidarte de todo, de las penas, y los llantos. Yo necesitaba olvidarme. Subí de nuevo y me tiré en la cama, y poco, a poco volví a perderme en un profundo sueño.

Despertador: 3.00 p.m.

había dormido hasta tarde, me levanté con prisa, cogí lo primero que encontré en el armario, una chaqueta enorme de la lana, una bufanda azul que me regaló mi abuela, unas botas de borrego hasta la rodilla, y unos leggins marrones, remedio para el frío del otoño. Corrí a llamar a un taxi, nadie vino a mi encuentro -mierda- pensé, -hoy es mi día de la mala suerte-, entonces me dí media vuelta y eché a correr, tropecé y me caí, un apuesto chico me ayudó a levantarme, le dí las gracias como no, y seguí mi camino como si nada, él se volvió a mi encuentro y me dijo: si lloras, hazlo por algo o alguien que merezca la pena, porque sino puedes perderte como caen las ojos a tu alrededor. Me invitó a tomar un café, y yo acepté, no sé porqué, pero lo hice, y poco a poco fui olvidando el motivo porque el que me acosté en un mar de lágrimas anoche, poco, a poco olvidé las traiciones de mi supuesto "amor verdadero". Entonces recuperé aquella magia perdida, porque sí, estamos en octubre, y me dí cuenta de que el cielo había perdido su azul, el azul de esos ojos que me invitaron a un café. Mágico octubre.

P.D-No te vayas tan rápido.

                                                                                Erea.












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